MATAR AL MINOTAURO
CHILE. ¿CRISIS MORAL O MORAL EN CRISIS?
CONVERSACIONES CON ANTONIO BENTUÉ, DIAMELA ELTIT, HUMBERTO GIANNINI, MARTIN HOPENHAYN, OSVALDO LIRA
Editorial Planeta Chilena SA
Santiago, Enero 1993
OSVALDO LIRA: "EL DEMONIO ESTÁ ENTRE NOSOTROS"
'Sea vuestro lenguaje sí, sí, no, no, que de lo que de éste excede de mal principio procede'
(Sermón de la montaña, San Mateo)
(Sermón de la montaña, San Mateo)
El padre Osvaldo Lira desciende lentamente los peldaños de su casona en calle Bustos, donde reside junto a otros sacerdotes de la congregación Sagrados Corazones, a la cual pertenece. Vistiendo rigurosa sotana y zapatones negros, saluda con afecto a quien lo someterá a un interrogatorio ético. Ha preferido la entrevista directa a contestar el cuestionario por escrito, ya que acaba de terminar su último libro sobre los derechos humanos ("que me tienen hasta la coronilla') y está agotado de sentarse a la máquina.
Hijo de Luis Lira Luco, tesorero de una institución de caballeros que administraba los hospitales y asilos antes de que surgiera el Ministerio Nacional de Salud, don Osvaldo nació un 11 de fe- brero de 1904, a las cinco de la mañana, y fue bautizado el mismo día, como se usaba entonces, en Catedral esquina Amunátegui, casa de su abuelo materno.
Personaje controvertido, odiado por unos, idolatrado por otros, se le conoce como uno de los maestros de Jaime Guzmán, y también por mantener relaciones amistosas con el sector más conservador del clero. Hombre de comunión diaria, sus misas en latín aún son recordadas por quienes tuvieron la oportunidad de escucharlas.
Uno de sus amores fue la docencia, a la que dedicó 66 años de su vida, en colegios y universidades. Sus ex alumnos del Instituto de Filosofía de la Universidad Católica aún lo recuerdan deambulando por los pasillos en busca del aula, donde intentó descifrar los misterios de la metafísica.
Ha publicado una quincena de libros, todos dedicados a los temas que lo obsesionan: la estética, la hispanidad y el mestizaje, las relaciones entre catolicismo y democracia, reflexiones sobre diversos filósofos que admira o desprecia, privilegiando, por cierto a su gran Santo Tomás.
A la hora de ser conminado a decir lo que piensa el hombre dispara directo al miocardio, con una pasión que le cualquier adolescente: eleva las manos al cielo como pidiendo la venia divina, no ahorra epítetos cuando se trata de sintetizar un juicio, reconoce su amistad con Pinochet y con el general Contreras, justifica el golpe de estado del 73, desprecia todo lo que huela a concilio Vaticano 11 y elude las zonas tibias, como si en eso se le fuera su honra.
Uno puede o no de acuerdo con su visión de mundo, puede o no creer en ese Dios del que habla como si estuviese allí escuchándolo, pero es difícil dejar de sentir la fuerza de sus convicciones que manan tan atronadoras corno el vozarrón templado que aún conserva, ya próximo al siglo de existencia en estos territorios mundanos.
Usted, don Osvaldo, es bastante duro en su juicio al papel que la Iglesia ha jugado en estos años pero, concretamente, ¿Cuáles son los deberes que, según usted, la Iglesia ha descuidado?
El principal deber es la enseñanza de la religión católica, y eso está muy abandonado. Antes, por ejemplo, en los colegios se decía el Catecismo de memoria, y hoy nos encontramos con niños que no se saben los mandamientos de Dios ni los sacramentos. Hay una especie de abandono de cansancio y no se considera que la naturaleza por sí sola no puede combatir en pro de la moral.
Muchas veces los católicos fallamos, y más ahora cuando los elementos antihumanos y anticristianos se han infiltrado en la Iglesia El denomino está presente entre nosotros.
¿Usted visualiza el demonio en la vida nacional?
Con cuernos, con alas, con patas de ciervo y con colano. Pero cono dijo San Pablo, el demonio se disfraza de ángel de luz y eso lo estarnos viviendo ahora. Se está verificando lo que dice Isaías: 'comamos y bebamos que mañana moriremos'. Si no se cree en la otra vida, no queda otra que pasarlo bien en ésta. Una vez un tipo me dijo, refiriéndose a mi sotana: '¿para qué usa esa cosa si todo va a terminar en nada?' Mira -le dije-, yo te cito cuando estemos los dos ante el padre celestial a ver qué cara pones. Muchas veces los pecados no son de malicia, son de inconsciencia o debilidad.
Pero Nicanor Parra dice en un poema que 'el hombre es un embutido de ángel y bestia'.
Por favor no me nombre a ese roto blasfemo, que no lo soporto. El hombre debe ser santo. Ahora, para convertirse en demonio, hay que creer en el demonio y para eso hay que ser cristiano. Si el cristiano se deja estar y no vive según los preceptos de Dios, puede convertirse en demonio.
Usted ha sostenido que los cristianos deben ser valientes. ¿Qué significa la valentía cristiana en lo concreto?
En primer lugar, no escudarse en lo que algunos llaman pecado social: peca el hombre, fulano de tal, Osvaldo Lira. A veces se dice 'la naturaleza nos envía este castigo'. Eso es una tontería: es Dios, la Santísima Trinidad, que es el Padre, es el Hijo, es el Espíritu Santo. Y se acabó. El cristiano tiene que dar testimonio: 'De aquel que se avergüence de mí delante de los hombres me avergonzaré yo delante del padre celestial', dice Cristo. Hay gente que se define como cristiana y no sabe nombrar a Cristo. A un amigo no le imprimieron un libro en una editorial chilena porque nombraba mucho a Dios: ¿Qué le parece? No hay que olvidarse de que la condición humana no la podemos perder, pero sí podemos perder la condición de hijos de Dios. Hay que decir las cosas por su nombre y afirmar los dogmas de fe. Por ejemplo, se hacen encuestas a chiquillos mayores de doce años, en colegios católicos, y más de un sesenta por ciento dice que ha tenido relaciones prematrimoniales. Ninguna autoridad se levanta para decir que son relaciones pecaminosas, porque son unos cobardes...
¿Pero usted considera un pecado muy grave tener relaciones pre matrimoniales?
No. Fn primer lugar, el precepto que lo prohíbe es el sexto. Hay cinco más importantes . Lo que pasa es que el muchacho está ejerciendo, inoportunamente, una función natural. Además, para que haya un pecado grave se requiere plena advertencia de la inteligencia y pleno consentimiento de la voluntad. Ahora yo me pregunto ¿Hay consentimiento pleno o la pasión nubla muchas veces la voluntad? A mí me parece más grave que aparezca un cura en un diario - como de hecho apareció- diciendo que el demonio no existe. Niega un dogma de fe y nadie dice nada. Lo mismo respecto al aborto, sobre el que quieren legislar los herederos del socialismo español que tenemos en Chile. me parece absolutamente condenable, el asesinato más cobarde. La persona humana existe desde el primer instante de la concepción, donde se junta el principio femenino y masculino hay un alma inmortal. Matarlo, es matar a un ser indefenso, y lo peor, es que esas almas mueren sin bautismo. Respecto al divorcio, lo mismo - lo que Dios ha unido no lo separa el hombre.
¿Cuál sería la diferencia, en términos éticos, entre tener claros los principios y la beatería de los que ven pecado en todo?
No hay regla general, pero los pechoños son gente tonta, limitada, les falta gallardía, son tibios y no les gusta hacer olitas. Y, a veces, es necesario hacer olitas y muy fuertes, porque la violencia no siempre es mala. En San Lucas se dice: “El que viene a mí y no odia a su padre, a su madre, a su esposa e hijos, a sus hermanos, y a sus hermanas, incluso a su propia alma, no puede ser mi discípulo'. La paz de Cristo no es la paz de los tibios. La violencia de suyo es indiferente, puede ser buena o mala, según los fines. Cristo dice por ahí. 'El reino de los cielos padece violencia y sólo los violentos lo arrebatan'. Entonces, yo me pregunto si la violencia que arrebata el reino de los cielos es mala. El cristiano debe tener mucho de guerrero, o si no pensemos en las cruzadas realizadas por santos, como la séptima y la octava, que fueron hechas por San Luis, el rey de Francia. Un amigo mío, José Antonio Cortázar, me decía: "Hombre, si a mí me atacan con armas, ¿Usted cree que yo voy a responder con silogismos?" Ahora vernos como muchas marionetas que nos gobiernan no son capaces de defender a nadie.
Parece que no le simpatizan mucho los pechoños...
Para mí los pechoños son una calamidad pública. Mire, yo en cierto sentido soy muy anticlerical. Yo trato de ser fiel a Cristo, que está por encima del Papa. A veces, discutiendo, la gente me ha argumentado que yo no tengo la verdad absoluta. ¿Y cómo que no -les respondo- si tengo a Cristo que es la verdad absoluta? Veo mucha pechoñería en la Iglesia actual, y más en las autoridades que en el pueblo católico. Es la hipocresía. Por ejemplo, respecto del plan de educación del gobierno, que es atroz, los únicos que han sido valientes son Felipe Bacarreza, que es muy amigo mío, Antonio Moreno, el arzobispo de Concepción, Jorge Medina y algún otro. Tomás González replicó a Bacarreza, diciendo que hablaba "a título personal'. Y por supuesto que tiene que hablar en forma personal, si somos personas. El cobarde se escuda tras las instituciones y se mueve en la línea media. En el Apocalipsis, en la séptima de las cartas, le dice el Amén, que es Cristo, al Angel de la Iglesia de Laodicea.- "He notado que no eres ni frío ni caliente, sino tibio, y porque no eres frío ni caliente, sino tibio, he comenzado a vomitarte de mi boca" - Ahora estamos llenos de tibios e ignorantes, de una ignorancia culpable, porque nadie se interesa en saber las verdades de la fe, nadie.
Pero hay ciertas formas de violencia, a lo mejor no tibio, pero que atentan contra los derechos humanos en nombre de causas supuestamente justas y hasta en nombre de principios cristianos...
En primer lugar, no todo el que se dice cristiano, es cristiano. En segundo lugar, la existencia humana no comienza con un derecho, comienza con el deber de adorar a Dios por sobre todas las cosas y de reconocer su dominio soberano sobre todo el universo, porque él me está creando. Derecho a la vida, por ejemplo, yo no tengo. Derecho a conservar la vida que me ha sido dada por Dios, eso sí. Esto, en virtud de la parábola de los talentos- Dios me ha dado a mí no sé si cinco, dos o un talento, pero lo que me ha dado me obliga a trabajarlo para rendir cuentas. Y los derechos humanos de la Revolución Francesa, ¿sobre qué se fundan? Comienzan por negar a Dios, niegan las esencias de las cosas, con lo cual dicen que el hombre se hace libre. Unamuno afirma que "no canta libertad más que el esclavo, el libre canta amor, te canta a ti, señor".
LA COBARDÍA DE LA IGLESIA
¿Qué le parece el rol de la Iglesia chilena durante el régimen pasado, en defensa de los derechos humanos?
El problema es que la Iglesia intervenía en favor de los unos y no de los otros. Hubo en eso una parcialidad evidente, porque, en general, los obispos no han sabido ser obispos ante todo.
Usted en su larga experiencia tiene que haber visto cambiar muchas cosas y haber vivido muchas etapas conflictivas de la historia nacional. Haciendo una retrospectiva, ¿en qué se diferencia el país de ahora del país que usted conoció en sus tiempos de estudiante, para decir que estamos en una crisis?
En todas las épocas ha habido inmoralidades. No es que hoy se falte más a la moral, sino que hay una gran ignorancia de principios morales. Y, en ese sentido, es culpable quien no sabe lo que debiera saber. Otro aspecto importante es que se ha perdido la vigencia social de la religión. La Iglesia ha ido perdiendo, paulatinamente, importancia en Chile. San Pablo dice por ahí que "nadie es tentado por encima de sus fuerzas, porque poderoso es el señor para mandar, junto con la tentación, las fuerzas necesarias para vencerla". Entonces, es cuestión de pedir a Dios, y a veces no pedimos, hemos perdido la comunicación con Dios. Uno de los motivos es que todavía está rondando la revolución francesa, hasta en la política: la división de izquierda y derecha, la gauche, la montaigne, todos son términos revolucionarios y es ridículo aplicar conceptos topográficos para designar el mundo político. Además, como dije, la Iglesia está infiltrada por elementos anticristianos que pueden ser identificados por sus conductas. En mi propia congregación, un cura, al que prefiero no mencionar, preguntaba, a propósito de la conquista española, con qué derecho 'un puñado de gente' había ocupado un continente entero. De esa manera resumía la colonización hispana. Pero se olvida que el deber de esos hombres era predicar el Evangelio de Cristo por todas las naciones y fue la propia Isabel la Católica quien dijo que más que soldados, quería misioneros. Esas son las distorsiones que le hacen perder fuerza a la Iglesia.
Pero si es tan terrible la situación en la Iglesia, ¿por qué la jerarquía no se pronuncia sobre este tema como lo hace usted?
Lo que sucede es que la jerarquía de la Iglesia no habla cuando debe, y no habla claro cuando lo hace, a diferencia de otros tiempos. Le pongo un ejemplo. Cuando vino la herejía modernista hubo varias figuras responsables, Emesto Vonajutti, Alfred Loisy y otros dos. La herejía consistía en decir que las proposiciones que expresaban los dogmas iban cambiando, según cambiaba en el curso de los años la significación de los términos. En consecuencia, no había estabilidad posible, se acababa todo. Entonces San Fío X lanzó contra los cuatro la excomunión mayor, “ la excomunión vitanda", como se le llamaba, que consistía en que las personas que hablaban con los excomulgados incurrían en excomunión también. En cambio, ahora la cosa es diferente: un cura como Hans Küng, por ejemplo, que ha negado todos los dogmas posibles imaginables, incluso la transustanciación, el único castigo que ha recibido es no poder hacer clases en la universidad católica donde tenía cátedra. Tenemos en Brasil, hoy, a un tal Leonardo Boff que se burla del Vaticano hasta que le dan arcadas, y a un tal Pedro Casaldaliga que se titula monseñor de la hoz y del martillo y que hace 20 años está de vicario apostólico. Cuando triunfó la revolución sandinista le enviaron una casaca verde oliva como regalo y dijo que esa imposición de la casaca era una nueva ordenación sacerdotal. Imagínese. Lo sobrenatural hoy día no existe, hombre. El otro día me contaron que habían visto en una Iglesia a una mujer diciendo misa. ¡Eso no puede ser!, porque Cristo se hizo hombre y el sacerdocio es de Jesucristo. Por algo será que Dios se hizo hombre y no mujer.
¿De qué manera ha incorporado usted las conclusiones del Concilio Vaticano 11 en su vida pastoral?
El Concilio Vaticano 11 hay que borrarlo todo de un plumazo. No hay nada que me interprete, salvo las cuestiones dogmáticas en que se cita a concilios anteriores. Hay cosas que las pudo haber redactado el más pintado de los liberales. Hubo malos manejos, hubo censura, hubo manipulación, se alteraron las comunicaciones. Lo que no sea dogma puedo borrarlo de un plumazo y no caer en herejía. Los papas que lo convocaron dijeron que era un concilio puramente pastoral. Sólo los dogmas de fe uno está obligado a acatarlos.
¿Qué pasa si siente un desacuerdo con un dogma de fe, aunque no lo manifieste?
No debo sentirlo. Y si lo siento, mi voluntad tiene que decir que sí, amén.
Y respecto a los rituales, ¿está de acuerdo con la evolución que se ha dado en la liturgia?
En eso soy inclaudicablemente conservador. El rito juega un gran papel, que es rodear al acto de la importancia que tiene. A nosotros la grandeza nos entra por los ojos. Antes, en la comunión, cuando se caía una hostia al suelo se ponía un purificador para que nadie la pisara, como una muestra de respeto. Hoy día da lo mismo. Un padre amigo me contó de un cura en Italia que echaba a la basura las hostias que sobraban. ¡Qué le parece! Yo digo en Latín la Misa diaria en el Altísimo que hay en casa. En Europa se está volviendo al latín, que es la lengua madre.
Hay personas que al escuchar sus palabras podrían calificarlo de persona pacata, como guardián de una moral obsoleta...
Esas son categorías ridículas. La moral no es esquemática, los hombres no somos esquemas. Hay un principio fundamental de la filosofía tomista que dice que todo individuo es inefable, por el hecho de existir. La única conceptualización del existir es en cuanto Dios se conoce a sí mismo y se autoconceptualiza, y como El es el existir puro, conceptualiza el existir y ese es el verbo eterno. Pero yo no puedo conceptualizar el existir, porque no tengo vocación de padre celestial. Menos para estar clasificando a las personas.
Hay quienes sostienen que la moral depende de la cultura en que estemos insertos, que toda moral es cultural. ¿Qué opina de este pensamiento?
En primer lugar, los valores humanos trascienden las particularidades de las culturas. Todos tenemos la misma naturaleza humana que nos somete a las mismas obligaciones y a los mismos derechos. Dios es el ser infinito, por lo tanto, El ha actuado para sí mismo y nos ha creado para sí. Esto significa que el hombre tiene que dirigir todos sus actos a Dios. Esa es la fuente de la moral: la contingencia nuestra, la insuficiencia entitativa por decirlo así, y el hecho de que Dios me está insuflando existencia en cada uno de los momentos de no existir. Hay muchas personas que son de una incultura aparente, pero son profundamente morales: en los campesinos que no están contaminados por la ciudad uno lo ve, hay un sentido de la rectitud, del honor, que no es deliberado, porque es gente muy sencilla. Yo gozo conversando con los campesinos, porque tienen un sentido de la fe que es pasmoso. Esta vida urbana actual, en cambio, no es más que el dinero y el dinero y el dinero, y lo demás importa nada.
Usted critica mucho la ostentación y la desigualdad económica, sin embargo es defensor de la obra del régimen militar cuya política económica estimuló gran parte de los problemas que señala...
Yo no defiendo toda la obra del régimen militar y, precisamente, en lo económico es donde menos me identifico con él. La ostentación es mala en cualquier régimen. Ahora, por ejemplo, tenemos a senadores que ganan tres millones y médicos que ganan 180 mil pesos mensuales. ¿Es eso justicia económica?
Pero usted que está tan disconforme con la vida actual, ¿cómo se imagina una sociedad donde se viva la esencia del cristianismo?
Creo el origen divino de la autoridad, que está en San Pablo en los seis primeros versículos del capítulo 13 de la epístola a los de los romanos. Incluso cuando se aplica la pena de muerte a autoridad Política actúa como representante de Dios: cuando Pilatos le dice a Cristo que tiene poder para crucificarlo y poder para soltarlo, Cristo le responde”: tú no tendrías poder sobre mí, si no se te hubiera dado desde lo alto". Ahí Cristo reconoce la legitimidad de la autoridad.
En cuanto al gobierno, soy partidario del estado corporativo, pero no del fascista, sino del estado corporativo tradicional. Tiene que haber un jefe de Estado que tenga la triple función, y eso no es absolutismo, debido a que los súbditos tienen un derecho natural que no depende del gobernante, depende de Dios, Porque Dios los ha creado y Dios los está creando. Y, justamente, la condición humana de animal racional - imagen de Dios por creación e hijo de Dios por adopción- es el dique que tiene el gobierno para no extralimitarse. En cambio en este sistema, Para que el gobernante no se extralimite, fraccionan el poder público corno un queso.
El Pueblo, desde la visión tomista, debe organizarse en gremios, en corporaciones, que no sólo tienen que ser laborales, sino también intelectuales, y que esas personas tengan sus representantes en el poder, público. A un amigo, que me preguntó cómo funcionaría este Estado, le dije: deja el potencial simple y pon el pretérito indefinido -cómo,”funcionó” ese estado-, porque funcionó: ese fue el régimen del imperio español de Felipe II y funcionó tan "mal" que España llegó a tener un imperio donde no se ponía el sol.
A propósito de España ¿qué opina de la discusión que se ha generado en la comunidad mapuche a raíz de la celebración de los 500 años del descubrimiento de América?
Algunos dicen que los españoles arrasaron con todo, pero los que hablan de esa manera ¿de quiénes descienden, ¿de los que estaban o de los que llegaron? Si es lo segundo, tendrían que decir "arrasamos con todo". Esa es la lógica elemental que la gente no aplica ni siquiera en las situaciones más triviales. Ahora, el problema del racismo en Chile es inventado. Está el caso, por ejemplo, de Martín García Oñez de Loyola, gobernador de Chile, que se casó con doña Beatriz Ñusta, una inca. Dice un cronista, comentando el hecho, que en los hijos de ambos "se mezcla la sangre de San Ignacio de Loyola, San Francisco de Borja y Atahualpa". América del Norte estaba tan poblada de indios como América del Sur, y quedan un millón apenas; sin embargo, en Hispanoamérica no bajan de 50 millones, sin contar los mestizos. Además otra cosa: a los araucanos, en general a los indígenas del Sur de América, los que los odiaron y los persiguieron más, fueron los chilenos y los argentinos. La guerra española contra los araucanos termina en el parlamento de Guillín, siglo XVIII, pero después vino el alcoholismo, la pobreza, la discriminación, que fue producto de la República. A los onas y a los yámanas, los colonizadores chilenos les disparaban como a animales.
EL AMIGO PINOCHET
Así como usted enjuicia la democracia, me gustaría que hiciera una breve evaluación ética del Golpe de Estado de 1973...
Para que un golpe de Estado sea legítimo se necesitan varias condiciones: que se hayan agotado todos los medios pacíficos, que el levantamiento represente a la mayoría de los sectores nacionales, que se observen las leyes morales y la rectitud de intención, y que los males que va a traer consigo el levantamiento armado, sean menores que los males que se tratan de evitar. El 23 de septiembre de 1973, una periodista de El Mercurio me preguntó qué me parecía el Golpe y yo le dije que estaba encantado, porque cumplía con todas las condiciones anteriores, porque se había originado en una revolución legítima y porque estaba gobernando para el bien común. Esta materia es perfectamente opinable y, sin embargo, el Cardenal Silva me mandó a decir que si yo volvía a hablar sobre eso me suspendía. No tuve más remedio que obedecer a ese acto de matonaje...
¿A estas alturas no se arrepiente de haber dicho lo que dijo?
No me arrepiento de haber dicho lo que dije. Yo, por lo que he visto en mi larga vida -salí del colegio a los 15 años, hace 74 años-, creo que los regímenes militares han realizado obras trascendentales: me refiero a la primera presidencia de Ibáñez y al gobierno de Pinochet.
¿Y le parece que Pinochet durante su gobierno se rigió por los valores cristianos?
Yo soy muy amigo de Pinochet. Lo conocí cuando estaba en segundo humanidades, el año 1929, en Valparaíso. El gobierno que hizo es infinitamente superior a cualquier gobierno democrático. Habría que ver si el asunto de las torturas es cierto, porque no se olvide que la mayoría de los países estuvo contra él, toda la prensa internacional jugó un papel vituperable. Es posible que se hayan cometido algunas violaciones, pero ni más ni menos que en cualquier régimen democrático. Hoy se asalta a la gente y no pasa nada, los malhechores están libres al mes, la gente no puede vivir tranquila: eso también atenta contra la dignidad de las personas. Este gobierno es ilegítimo, en la medida que no asegura la tranquilidad mínima de los ciudadanos. Pinochet es un hombre de bien, absolutamente: he conversado muchas horas con él y me consta que nunca ha ocultado su condición de católico y que la practica. Los dos tomos de memorias, que ha publicado, son absolutamente correctos y ortodoxos, desde un punto de vista cristiano.
Se dice que también es muy amigo del general Contreras...
Soy muy amigo del general Contreras, y estoy seguro que no tiene nada que ver con la muerte de Orlando Letelier. Yo lo conozco mucho y la hipocresía tiene ciertos límites. Le tengo una confianza absoluta...
¿Le parece un buen hombre?
No. Me parece un hombre bueno, un hombre de bien, que es distinto.
Pasando a otro tema, ¿cómo cree usted que se podría llegar a una síntesis entre la tradición y la modemidad? ¿Cómo se pueden conciliar los valores que usted sustenta con los que van surgiendo fruto del pluralismo, de la diversidad de pensamientos que conviven en la sociedad moderna?
Una cosa es tradición y otra es rutina. Cómo vamos a desconocer a los nuevos escritores, a los nuevos científicos, a los nuevos filósofos. Nadie en el pasado lo dijo todo, ni podía decirlo todo. Ahora, claro, la inmoralidad es también producto de una evolución, como dice el refrán, 'aquellos polvos trajeron estos lodos". Pero hay una cuestión clara- sus acciones están reguladas por su naturaleza y las mías por la propia. Cuando mi naturaleza y la de usted regulan nuestras acciones se convierten en ley. Por eso la ley moral no puede ser independiente de una teología. Del pluralismo siempre he sospechado, porque yo no dejaría que un arquitecto que dice que dos más dos son cinco construyera mi casa. ¿Y por qué la casa no y los valores sí?
EL ANTICRISTO VIENE
¿Hay alguna época de la historia donde usted vea una relación más directa entre la vida cotidiana del hombre y los valores cristianos?
Históricamente, en la cristiandad medieval fue cuando el hombre estuvo más cerca de Dios, por la vigencia política del cristianismo. Porque todas las instituciones públicas eran fruto de la posición católica. La Iglesia tenía poder político y lo ejercía moralmente. La otra vez, alguien se quejaba en un diario de que si había prohibido a un grupo de rock satánico, "al estilo del medioevo”. Hablan de la Edad Media y no saben de qué están hablando. Hay una ignorancia de la historia que es aberrante. Fíjese que cada día me convenzo más, especialmente cuando veo que la imbecilidad humana predomina, de que viene el anticristo, la apostasía universal, el hombre de pecado que, como dice San Pablo, se sentará en el trono de Dios y se hará adorar como Dios, hasta que se produzca la segunda venida de Cristo.
¿En qué consiste eso de la Apostasía Universal? Yo soy partidario del padre Lacunza, en el sentido de su obra 'La venida del Mesías en gloria y majestad' y que tiene como subtítulo: Reflexiones dirigidas al sacerdote cristófilo por el judío converso Juan Rosafat Ben-Ezra, que es él. La tesis de Lacunza es que Cristo, en su segunda venida, reinará por mil años en la tierra.- allí aniquila a todos sus enemigos y establece sus dominios en el monte de Sión en Jerusalén. Para entender esto, es cuestión de leer el Apocalipsis nada más. El anticristo no es una persona, es un tipo de hombre. En el capítulo 20 del Apocalipsis se habla cinco veces del reinado de mil años. Y la tesis del padre Lacunza es que la vida eterna la vamos a pasar en este mundo, porque consiste, formalmente, en la visión de Dios, ya que aquí fue vencido Cristo, por el demonio en la cruz, y aquí tiene que triunfar. En el Apocalipsis se dice que el ángel lleva al demonio y lo encierra durante mil años, y sale de nuevo el demonio y viene la lucha entre Goga y Mago, en que Cristo vence y entrega el reino al Padre.
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